08/08/2019
No alcanza que el horóscopo Chino diga que es el año del Cerdo, hacen falta políticas de Estado, que definan escenarios y faciliten el desarrollo de estrategias productivas. El cerdo es el número doce del ciclo del horóscopo chino y las personas nacidas en el 2019 según el zodiaco chino tienen características similares a este animal.
No significa que sea el año de los productores porcinos porque lo dice este zodíaco o surja por la necesidad que tiene este país de obtener proteínas porque lo afecta la PPA (Peste Porcina Africana).
Analicemos el tema en su conjunto haciendo un poco de historia reciente. Con la llegada del nuevo gobierno desaparecieron las retenciones y subió el valor del alimento que representa el 70% del costo de producción, también la luz, el gas, el transporte sin mencionar que se continuó con la abrumadora carga tributaria. Eso hizo que el primer semestre del 2016 fuera un shock y el 2do semestre, que tanto se esperaba por buenas noticias, se vieran las consecuencias con la desaparición aproximada del 20% de los productores.
Se implementaron las mesas de competitividad, que tenían a los industriales y a los productores separados y el gobierno escuchaba atentamente, y resolvía de acuerdo a su entender, eso sí, el trato fue siempre amable y nunca faltó la foto. Posteriormente, con la crisis se conformó la MNPP (Mesa Nacional de Productores Porcinos), donde 16 entidades nacionales se presentaban a las mesas de competitividad y expresaban sus inquietudes por escrito. Por lo menos les quedó el antecedente que sus reclamos fueron recibidos pero la duda es, si fueron leídos.
En el 2017 se sufrieron intensas lluvias y se debían pagar las consecuencias de las pérdidas originadas en el 2016, pero llegó el 2018 donde el dólar, la peor sequía de los últimos 43 años , la baja del iva a las carnes y los viejos problemas no resueltos de altos valores de la luz, gas, flete, iva técnico, iva inversión, protocolos sanitarios, impuestos volverían a golpear a los estoicos productores porcinos, Mientras tanto las mesas de competitividad continuaban y a diferencia de lo que se suele escuchar de algunos funcionarios no dieron resultados, ni para los porcinos, y en generales tampoco para las diferentes economías regionales.
Pero el gobierno siempre tuvo en mente un objetivo que era priorizar la carne bovina, y a pesar de los reclamos y pedidos de los productores nunca logramos aumentar la representatividad en la mesa de carnes donde el 80% de las decisiones fueron para ése sector productivo.
Tal es así, que desde mayo 2016 se reclamaba la autorización para el uso de promotores de crecimiento, ya que importábamos carne de países que lo utilizaban y recién en junio del 2018, en un acalorado diálogo de la última mesa de competitividad porcina, funcionarios reconocieron que no lo iban a autorizar para nuestro sector porque afectaba el ingreso de carne vacuna a la UE…. ¿Por qué perdimos dos años reclamando algo que ya tenía respuesta?….¡ganar tiempo tal vez!
Así se desarrolló el 2018 donde el 60% (en algunas localidades tal vez más), de los pequeños y medianos productores porcinos dejaron la actividad, por los altos costos que representaba producir con su correspondiente pérdida de rentabilidad y con ello numerosos puestos de trabajo directos e indirectos que son fundamentales para el desarrollo de los pueblos del interior.
Y llegó el 2019 con la crisis sanitaria del gigante asiático (China), donde la geografía, la política y la economía se relacionan a través de la salud animal, ya que una enfermedad mortal para el cerdo sin cura hasta el momento, invade un territorio con mil quinientos millones de habitantes, que producen el 44% de la carne de cerdo mundial, consumen 40 kg per cápita y tuvieron que sacrificar 200 millones de animales, enfermedad que cubrió toda China, sudeste Asiático y se extendió a 10 países de la UE……¿Cuánto tardará en cruzar el Atlántico y penetrar en las porosas fronteras americanas? ¡No mencionemos nuestro país con sus más de 700 vías de penetraciones terrestres y navegables, legales e ilegales! Sin mencionar las aéreas. A pesar de todo SENASA se esfuerza por mantener nuestro status sanitario, pero todos los recursos siempre son escasos.
Todo el mundo habla de exportar a China, pero para hacerlo hay que tener stock. Argentina representa menos del 0,1% de la exportación mundial de cerdo, y el 95% de los productores “eran” pequeños y medianos. Solamente los grandes productores pueden aprovechar este momento, y con capacidad muy limitada. Para ello se asociaron en un consorcio integrado por 18 empresas porcinas con lo cual logran cierta escala. Se exportaron 18000 toneladas en el 2018 y se espera alcanzar las 30000 toneladas en el 2019. Una vez escuché de un profesor, “empezar es tener la mitad del recorrido realizado”.
¿A qué conclusiones podemos arribar?