A mediados de la década del cuarenta, un grupo de empresarios de la talla de Fava, Carmelo Catuogno, Marcelino Etchegaray y Miguel Letamendia, entre otros, vislumbraron el crecimiento de una Mar del Plata pujante en su desarrollo. A partir de eso, comenzaron desde la Cámara Comercial e Industrial de Mar del Plata el accionar reorganizador que poco tiempo más tarde , el 10 de agosto de 1946 , con la aprobación del Proyecto del Estatuto, desembocó en la conformación de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción de Mar del Plata (UCIP).
Ya desde sus inicios, las gestiones iniciadas por la institución se relacionaron con las problemáticas ligadas al accionar del Sector Empresarial y con el especial énfasis, con el crecimiento general de la ciudad de Mar del Palta y su zona de influencia.
Desde esta perspectiva, la UCIP actuó en representación de 46 secciones gremiales que incluían la totalidad de las actividades industriales y comerciales de la época, y como el referente natural ante el Estado, en las distintas instancias de interrelación municipal, provincial o nacional.
El compromiso social asumido queda ampliamente expresado en segunda Memoria y Balance, configurándose un hito que caracterizará toda la trayectoria de la Institución: «…Nuestras instituciones no deben ser entidades estáticas, atentas solo a la defensa de los intereses inmediatos y particulares de la actividad comercial. Por el contrario, estamos convencidos del papel dinámico, activo, trascendente hacia la amplia evolución de nuestra economía. Y más aún opinamos que las Cámaras o Asociaciones Patronales, como organismos serios, ajenos a todo móvil egoísta y minúsculo, están llamadas a desempeñar un rol informador y consultor del propio Estado, a fin de que el rumbo que este imprima a su política económica responda a una estricta realidad, aspire a tener carácter integral y se traduzca en efectivos progresos de la producción nacional…”